lunes, 10 de enero de 2011

ICT, Impuesto Circulación Transeúntes

¿Cómo se sentiría usted si en Sevilla le cobrasen una tasa cada vez que quisiera transitar por la vía pública? ¿Y si por no pagar corriera peligro su integridad?

Supongo que «estafado, insultado, amedrentado, acongojado…» estarían entre sus sensaciones más inmediatas, y lo sé porque son las mismas que siento yo cada vez que intento aparcar mi coche en Sevilla y un ejército de esa casta suburbana, denominados «gorrillas», me insultan, recriminan y amenazan, si no cumplo con el «impuesto del miedo» por estacionar mi vehículo en la vía pública, eso sí, lo hacen en varios idiomas, contribuyendo a la multiculturalidad de la ciudad.

Principalmente, me sucede esto cuando visito la casa de mis padres, sita entre la Calle Arroyo y la Calle Urquiza, donde suelen encontrarse más gorrillas que aparcamientos libres, y cuando quedó con mis amigos en los locales de la Calle Avicena. La persecución de gorrillas en estas zonas es tan intenta que he descendido el número de veces que visito a unos y a otros, sobre todo si voy sola por la noche, a veces por miedo pero sobre todo por impotencia.

Me encuentro con una ciudad maravillosa como Sevilla, tomada por la barbarie, asediada por personas que, bajo la impunidad y apoyo del Ayuntamiento, campan a sus anchas por las calles, haciendo de las aceras y carreteras su coto particular de caza.

¿Y el Ayuntamiento? ¿Y la policía local? Ni unos ni otros vienen cuando son llamados, es más, la respuesta del Ayuntamiento ha sigo «legalizar» la figura del gorrilla, ascendiéndolos a la categoría «Vovis», es decir, no solo te estafan y se ríen de ti en la cara, si no que lo hacen con el beneplácito de nuestro Alcalde. (Si alguno de vosotros todavía piensa que pagar a un Vovis es voluntario, que intente no darle dinero y me lo cuente después)

Soluciones que se me ocurren, la que más me place sería ponerle una manada de gorrillas y Vovis al Señor Alcalde en la puerta de su casa, pero como no tengo influencias, supongo que tendré que buscar alternativas. Lo más factible es que se eliminase el impuesto de circulación que ha de pagar mi vehículo anualmente, junto con la parte de mis impuestos que van a parar al acerado y vías públicas, ya que ese dinero podría invertirlo en pagar a todos esos indeseables. Otra idea es que el Señor Alcalde pusiera remedio EFICAZ y FACTIBLE (resalto estas palabras porque ponerle multas a estas personas cuando la mayoría está indocumentada no entra en la categoría de solución) a la impunidad de estos «señores», llámense gorrillas o vovis, pero creo que esta idea es mucho menos probable que la primera.

¿Alguien da más?

No hay comentarios: