viernes, 28 de marzo de 2008

Círculo infinito



Nuestras vidas comienzan en un punto, siempre sucedido por una línea. Año a año esa línea se va alargando, cada vez más y más, hasta que finalmente acaba en otro punto.

Mi pequeña línea de vida tuvo que tropezar en algún momento con una piedra mientras la trazaba, sea como fuere, se reescribió ondulada, en un círculo del que no puedo salir. Cada paso hacia delante, cada minuto de mi sendero, me lleva al mismo lado, un camino absurdo e infinito, abocada quizás a caer en los mismos fallos, a sentir los mismos dolores y alegrías, a hundirme en la inmensidad de las aguas o a nadar en una piscina vacía, tan redonda como mi círculo de vida.

Esta mañana me sorprendí intentando recordar como se sentía la vida siendo un niño, cuando no había preguntas del tipo, ¿cuándo podré comprar una casa? ¿Cuándo podré formar una familia? ¿Cuándo tendré un trabajo estable?... Simplemente no había cuando, ni cómo y la mayoría del tiempo ni siquiera existía el por qué.

No añoro la infancia, la mía no la recuerdo con especial ilusión, pero sigo sin saber en qué momento vendí mi libertad, mi descanso, mi alegría… toda la fuerza que sentía por aquel entonces cuando piensas en comerte la vida, sin embargo, ahora hay veces en las que pienso que ni tengo el derecho a ello.