domingo, 8 de febrero de 2009

The Scientist



Hoy he visto la nueva película de Bratt, la del chico Benjamín, el de los botones.

La verdad es que me ha gustado, y por lo menos yo, tras verla y mientras nadaba en la piscina, me preguntaba ¿qué cosa he hecho importante en la vida, por cuál merece la pena sentir orgullo? Seamos realistas, puede que nunca viva el sueño americano, no descubra nada ni nadie me recuerde más allá de mis huesos. Y siendo más sincera, todavía, a mis 26 años, no sé dónde quiero ir, ni qué quiero ser..


Pero me he dado cuenta en el segundo o tercer largo de espalda, que estoy orgullosa de quién soy, de la persona en la que me he convertido... Porque tras mis neuras, mi mal humor y mi ironía, se esconde una pequeña gran alma.


Puede que parezca conformista, ser buena persona parece aspirar a poco, pero creo que en los tiempos que corren y en los que aun no caminan, ya he conseguido mucho más que algunos.


¿El título? Porque estoy escuchando esa canción de Cold Play y me acuerdo de tantas cosas... Pero eso es otro cantar y quizás otra futura entrada de este blog.


Un becho a los que estáis en el algún lugar, y a los que no.